La prosperidad y abundancia son el resultado de nuestros valores, creencias, creatividad y de nuestra espiritualidad. La prosperidad no solo se centra en lo material, sino también en la existencia y equilibrio de cuatro niveles que es importante tomar en cuenta:
1. Prosperidad física: Aquí entra el cuidado de nuestro cuerpo y la necesidad de mantenerlo saludable. También nuestro entusiasmo por la vida y el estar al servicio de ella dando lo mejor de nosotros en cada acción. De esta forma se está abierto y con la vitalidad para tomar nuestra prosperidad, al tiempo que se materializan nuestros proyectos.
Lo anterior se facilita de la mano del arcángel Uriel, quien nos ayuda a arraigarnos, a elevar nuestra vitalidad, a conectarnos con nuestro cuerpo; Gabriel, quien nos ayuda a conectarnos y expresar con conciencia nuestra creatividad, vitalidad y fertilidad; Rafael, nos ayuda a sanar cualquier bloqueo o enfermedad en nuestro cuerpo, trayendo de vuelta la armonía al cuerpo.
2. Prosperidad emocional: Se trata de la relación con uno mismo y con los demás. Amarse a uno mismo y al otro tal como es, aceptarse y aceptar a los demás, por que es en las diferencias como crecemos y aprendemos. Sanar las heridas del corazón con comprensión y amor, para permitir la entrada de lo nuevo, y con ello de la prosperidad a nuestras vidas. Asentir, es decir, dar un sí a nuestra vida, a nuestros progenitores y a nuestro destino. Decirle sí a nuestro pasado tal como fue, a nuestro presente tal como es y a nuestro futuro tal como nos será dado; esto nos permite estar como adulto, en paz y en plenitud, expresando en cada acto con el otro: “Aquí estoy, presente, en la vida, con mi corazón abierto y con mi conciencia clara para tomarte”
De la mano de los ángeles Rafael, Chamuel y Gabriel se podrá sanar y fortalecer el amor propio y las relaciones, haciéndose conciente de los talentos, recursos y habilidades con que se viene a la vida.
3. Prosperidad mental: Heredamos creencias familiares en relación al dinero, al éxito y a la prosperidad, que nos bloquea nuestra abundancia o nos lleva a tener fidelidades inconscientes (los no permisos) para obtenerla. Así que la invitación en este nivel es tomar conciencia de los mitos y creencias en relación al dinero y al prosperidad que ya no sirven o son obsoletos y han limitado de alguna u otra manera, dejarlos ir en amor, cambiarlas y atreverse a hacer algo diferente. Las presencias angelicales que pueden ayudar a limpiar y liberarte de estas creencias del pasado son Miguel, Metatrón y Uriel.
4. Prosperidad espiritual: Hay algo más grande que uno mismo que nos guía y dirige en Amor, que nos expande, nutre e inspira. Se puede llamar como se quiera, Alma Grande, Dios, Mente Divina, etc. El conectarse con ello nos lleva a ser humildes, agradecidos y a reconocer nuestra propia divinidad interior, dándonos la fuerza que necesitamos para crear y tomar lo que nos corresponde por derecho divino, nuestra abundancia.
En este nivel conectarse con cualquier ángel o guía con el que se sienta afinidad puede ayudar a sostener la fe y la espiritualidad.
La invitación es que de la mano de las presencias angélicas se pueda mirar, reconocer, tomar y agradecer lo que se es; hacer conciente los recursos y talentos con que se llega a la vida y reconocer que la historia personal y familiar no es un limitante. Ese movimiento conciente unido a un trabajo o un oficio que se disfrute, transformará en abundancia nuestro hacer.
Para que uno viva en amor, salud, sin estrés y en prosperidad sugiero:
- Amarse a sí mismo, tal y como se es.
- Estar en paz con los progenitores. La felicidad y complitud nos vienen cuando en nuestro interior miramos, amamos, tomamos y tenemos en un buen lugar a nuestra madre y a nuestro padre, tal como son, por que han sido los correctos para ti.
- Decirle sí a tu pasado tal como fue, a tu presente tal como es y a tu futuro tal como vendrá.
- Acoger tus emociones (amor, tristeza, enojo, miedo y alegría) tal como vienen sin reprimirlos, ya que son energía en movimiento.
- Expresar la verdad de tu corazón.
- Honrar y cuidar tu cuerpo.
- Estar en el presente, agradeciendo lo que tienes, aquí y ahora.
- Reír, disfrutar, jugar, cantar.
- Perdonar, comprender, asentir.
- Permitirte escuchar la sabiduría de tu corazón y las de tus ángeles, en silencio.
- Moverte, ejercitar, danzar, caminar.
- Cultivar la flexibilidad, el contento, la colaboración, la amistad, la escucha, el compartir.
- Mirar, reconocer, respetar, aceptar al otro como es, con sus diferencias, sin quererlo cambiar.
- Dar solo lo que tienes y tomar solo lo que necesitas.
- Celebrar tu existencia, haciéndote conciente que eres parte importante de todo el universo.
- Dar gracias.
- Aprender, evolucionar, crear.
- Meditar.
Un abrazo con Alas
Claudia.
Maravilloso Clau!!!
ResponderEliminarQue bueno que escribas!
Un gran texto claudia, y felicidades por este blog, te deseo un gran exito y que crezca en medida que la luz entra en nosotros.
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