lunes, 16 de mayo de 2011

La prosperidad es un resultado de nuestra espiritualidad por Claudia Ramos



La prosperidad y abundancia son el resultado de nuestros valores, creencias, creatividad y de nuestra espiritualidad. La prosperidad no solo se centra en lo material, sino también en la existencia y equilibrio de cuatro niveles que es importante tomar en cuenta:

1. Prosperidad física: Aquí entra el cuidado de nuestro cuerpo y la necesidad de mantenerlo saludable. También nuestro entusiasmo por la vida y el estar al servicio de ella dando lo mejor de nosotros en cada acción. De esta forma se está abierto y con la vitalidad para tomar nuestra prosperidad, al tiempo que se materializan nuestros proyectos.

Lo anterior se facilita de la mano del arcángel Uriel, quien nos ayuda a arraigarnos, a elevar nuestra vitalidad, a conectarnos con nuestro cuerpo; Gabriel, quien nos ayuda a conectarnos y expresar con conciencia nuestra creatividad, vitalidad y fertilidad; Rafael, nos ayuda a sanar cualquier bloqueo o enfermedad en nuestro cuerpo, trayendo de vuelta la armonía al cuerpo.

2. Prosperidad emocional: Se trata de la relación con uno mismo y con los demás. Amarse a uno mismo y al otro tal como es, aceptarse y aceptar a los demás, por que es en las diferencias como crecemos y aprendemos. Sanar las heridas del corazón con comprensión y amor, para permitir la entrada de lo nuevo, y con ello de la prosperidad a nuestras vidas. Asentir, es decir, dar un sí a nuestra vida, a nuestros progenitores y a nuestro destino. Decirle sí a nuestro pasado tal como fue, a nuestro presente tal como es y a nuestro futuro tal como nos será dado; esto nos permite estar como adulto, en paz y en plenitud, expresando en cada acto con el otro: “Aquí estoy, presente, en la vida, con mi corazón abierto y con mi conciencia clara para tomarte”

De la mano de los ángeles Rafael, Chamuel y Gabriel se podrá sanar y fortalecer el amor propio y las relaciones, haciéndose conciente de los talentos, recursos y habilidades con que se viene a la vida.


3. Prosperidad mental: Heredamos creencias familiares en relación al dinero, al éxito y a la prosperidad, que nos bloquea nuestra abundancia o nos lleva a tener fidelidades inconscientes (los no permisos) para obtenerla. Así que la invitación en este nivel es tomar conciencia de los mitos y creencias en relación al dinero y al prosperidad que ya no sirven o son obsoletos y han limitado de alguna u otra manera, dejarlos ir  en amor, cambiarlas y atreverse a hacer algo diferente. Las presencias angelicales que pueden ayudar a limpiar y liberarte de estas creencias del pasado son Miguel, Metatrón y Uriel.

4. Prosperidad espiritual: Hay algo más grande que uno mismo que nos guía y dirige en Amor, que nos expande, nutre e inspira. Se puede llamar como se quiera, Alma Grande, Dios, Mente Divina, etc. El conectarse con ello nos lleva a ser humildes, agradecidos y a reconocer nuestra propia divinidad interior, dándonos la fuerza que necesitamos para crear y tomar lo que nos corresponde por derecho divino, nuestra abundancia.

En este nivel conectarse con cualquier ángel o guía con el que se sienta afinidad puede ayudar a sostener la fe y la espiritualidad.


La invitación es que de la mano de las presencias angélicas se pueda mirar, reconocer, tomar y agradecer lo que se es; hacer conciente los recursos y talentos con que se llega a la vida y reconocer que la historia personal y familiar no es un limitante. Ese movimiento conciente unido a un trabajo o un oficio que se disfrute, transformará en abundancia nuestro hacer.

 Para que uno viva en amor, salud, sin estrés y en prosperidad sugiero:

  1. Amarse a sí mismo, tal y como se es.
  2. Estar en paz con los progenitores. La felicidad y complitud nos vienen cuando en nuestro interior miramos, amamos, tomamos y tenemos en un buen lugar a nuestra madre y a nuestro padre, tal como son, por que han sido los correctos para ti.
  3. Decirle sí a tu pasado tal como fue, a tu presente tal como es y a tu futuro tal como vendrá.
  4. Acoger tus emociones (amor, tristeza, enojo, miedo y alegría) tal como vienen sin reprimirlos, ya que son energía en movimiento.
  5. Expresar la verdad de tu corazón.
  6. Honrar y cuidar tu cuerpo.
  7. Estar en el presente, agradeciendo lo que tienes, aquí y ahora.
  8. Reír, disfrutar, jugar, cantar.
  9. Perdonar, comprender, asentir.
  10. Permitirte escuchar la sabiduría de tu corazón y las de tus ángeles, en silencio.
  11. Moverte, ejercitar, danzar, caminar.
  12. Cultivar la flexibilidad, el contento, la colaboración, la amistad, la escucha, el compartir.
  13. Mirar, reconocer, respetar, aceptar al otro como es, con sus diferencias, sin quererlo cambiar.
  14. Dar solo lo que tienes y tomar solo lo que necesitas.
  15.  Celebrar tu existencia, haciéndote conciente que eres parte importante de todo el universo.
  16. Dar gracias.
  17. Aprender, evolucionar, crear.
  18.  Meditar.


Un abrazo con Alas
Claudia.


2 comentarios:

  1. Un gran texto claudia, y felicidades por este blog, te deseo un gran exito y que crezca en medida que la luz entra en nosotros.

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