lunes, 16 de mayo de 2011

Recobrando lo Femenino y Masculino por Claudia Ramos



En el universo existe un aspecto masculino/ activo y uno femenino/ receptivo para que la creación suceda. El aspecto femenino es el amor, la receptividad, la creatividad, la entrega y el masculino es la voluntad, la acción, el movimiento, el enfoque, la determinación. La unidad original es la unión de estos dos aspectos o polaridades, que existen a su vez en múltiples planos de la creación. Su función va más allá de esta Tierra y juntos mantienen una cohesión, una sinergia con potencial infinito que se manifiesta en todo espacio y tiempo y en todo el universo. Es una ilusión pensar que estas dos polaridades se encuentren separadas, por el contrario ambas coexisten para el equilibrio de la creación. 

Tanto los hombres como las mujeres representan estos dos aspectos en lo terrenal, esto no significa que el hombre exclusivamente represente el aspecto activo o la mujer exclusivamente el receptivo. El hombre lleva dentro de su alma el lado femenino de su naturaleza y la mujer lleva dentro de la suya el lado masculino de su naturaleza. Es como si cada uno llevara una huella de su otra mitad. La existencia de esta huella  en cada alma lleva a la mujer a activar su principio masculino con el hombre y el hombre a activar su principio femenino con la mujer, complementándose y desarrollándose así las cualidades opuestas de una manera sana y constructiva, armonizando y unificándose con las diferencias del otro. Esta interacción entre hombre y mujer expresa el potencial del poder creativo y de manifestación.  Creamos una vida plena y espiritual cuando ambos aspectos se integran en  Unidad dentro y fuera de uno, en un Matrimonio Sagrado. De esa forma se deja de estar separado del resto del universo, vibrando en amor con el resto de la creación.

En un mundo acelerado como en el que vivimos hoy, donde la tecnología, la globalización, la era de la información, el énfasis excesivo en la ciencia, en el intelecto, el consumismo, ha llevado a construir un “mundo masculino” con una indiferencia a las cualidades del alma, a la intuición, la entrega y a la receptividad. Desalentando el desenvolvimiento de la naturaleza emocional en hombres y mujeres, alentando la intelectualidad y la competencia, llevando al caos y al antagonismo en ambos.

A lo largo de la historia el desarrollo del hombre y de la mujer y de los principios femeninos y masculinos han estado desviados y desequilibrados. Se ha alentado a los hombres a desarrollar su intelecto, su fuerza física, su creatividad y bloqueando su naturaleza emocional e intuitiva, requisito esencial para desarrollar una fuerza interior,. Así el hombre se ha debilitado en lo más profundo de su esencia, negando en sí mismo aspectos de su naturaleza también femenina. Y la mujer en su emancipación  ha alentado su hostilidad, fuerza y agresividad, disminuyendo así su feminidad y su verdadero poder creativo.  Si el hombre desarrolla en si mismo aquellas cualidades de naturaleza femenina, sin caer en la dependencia y sumisión, será un hombre completo, Si la mujer desarrolla aquellas cualidades de naturaleza masculina sin caer en la hostilidad, agresividad y antagonismo será una mujer completa. Deshacerse de las imágenes falsas y distorcionadas, basadas en la dualidad de los principios femeninos y masculinos permitirá el regreso a la unidad, integridad, sintonía y a una relación plena con sigo mismo y con el sexo opuesto. Hombres y mujeres en integridad de conciencia, con alegría y prosperidad, reconciliados con su femenino y masculino internos pueden manifestar todo aquello que están listos para atraer a sus vidas.

Las entidades angelicales que pueden ayudar a reencontrar el equilibrio  femenino y masculino de nuestra naturaleza son:

 El Arcángel Rafael, quien unifica estos dos principios. Se le puede pedir mediante la invocación “ Amado Arcángel Raphael, necesito de tu amada presencia para unificar e integrar en amor mi naturaleza femenina y masculina, por favor infúndeme y rodéame de tu  luz verde esmeralda y rosada y de tu Amor infinito para lograrlo”. Y encender dos velas una que simbolice lo femenino y el otro lo masculino.

El Arcángel Uriel, quien con su luz radiante trae claridad a aquellos aspectos que se encuentran en sombra de nuestra naturaleza y traer luz. Se puede invocar de la siguiente manera “ Amado arcángel Uriel, pido tu luz y sabiduría para mirar con claridad aquellos aspectos de mi naturaleza femenina o masculina, que se encuentran aún dormidas en mi, para mirarlas y despertarlas con conciencia y ponerlas al servicio de mi vida y de mi más alto beneficio”. Mientras se enciende una vela dorada.

El Arcángel Miguel quién con su luz trae la totalidad, ayudando a liberar y a soltar viejos atavismos, creencias e imagenes que no permitan integrar los principios femeninos y masculinos de nuestra naturaleza. La invocación puede hacerse: “ Amado Arcángel Miguel , pido tu luz de Totalidad  y transformación, para que me ayudes a soltar, liberar y dejar viejos atavismos, creencias e imágenes que estén de alguna manera distorsionaron mi lado femenino o masculino, para retomar mi equilibrio y activar ambos principios de mi naturaleza en amor y en mi mas alto beneficio”.

Un Abrazo con Alas.
Claudia Ramos
       


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